1 de febrero de 2018

Monóloco


Todos los locos estamos genios. 

Bueno, no todos. Pero algunos sí. Sobretodo los que inventan cosas y eso, que se olvidan hasta de comer.

El tipo de inteligencia en la que sobresalgo yo, ni siquiera está reconocido aún. Me lo dijo mi psiquiatra, que de eso sabe bastante. Y yo le dije, claro, eso se lo dirá usted a todos, y él me contestó que de eso nada, que hay un grupo reducido de locos a los que hay que dar la razón, pero que yo no soy de esos.

A mí ya me matricularon así. O sea que de pastillas, nada. Porque a todo esto, soy pacifista. Que no por estar genio le va a dar a uno por romper cosas. 

Tampoco soy de inventar, que a mí la comida me gusta. 
Eso sí, duermo más bien poco. Es que de noche soy muy genio.

Creo que en mi familia hay un gen recesivo de inteligencia artificial, ¿sabes a qué me refiero? Bueno, es como ser una máquina en lo que te propongas, pero sin serlo. Nos reímos bastante.

A mí no me ha dado por nada en concreto, aún. Lo mismo cualquier día me da, pero no me gusta demasiado llamar la atención. Que soy pacifista como te digo, y además, no sé explicar lo que me pasa. Yo voy, o no voy. Es como estar enfocado, potenciado. Muy en ti mismo, ¿sabes? Y lo que sea, tiene que ser ahora. Pero no me hagas explicarte por qué he ido justo cuando a ti no te viene bien, que yo no me meto en tus cosas tampoco. 

Si aprovecho mi momento soy un máquina. 

La inteligencia artificial es un don. O se nace, o nada. Es como ser un horno microondas. Es absurdo pretender que antes de eso fueras otra cosa. Uno es, o no es. Tampoco vamos a entrar en lo que pretendía hacer el inventor cuando le salió el horno, ¿verdad? Pues eso.

El secreto está en conectarse con uno mismo. Yo me siento potenciado en mí mismo cuando hago eso. Es como... uffff... ¿no? Muy fuerte. Y te sientes capaz de cualquier cosa. Deberías probarlo. 

Te conectas cuando... es como un... 
A ver. Hay que disfrutar. Eso está claro. Y entonces, vas. Sin drogas ni nada, ¿eh? Que hay mucho listillo suelto. Pero los listillos, de locos, nada.

Las palabras no son lo mío, ¿sabes a qué me refiero? Pero tendrías que estar dentro de mi mente un día o dos. Que para mí que se puede, en serio. El día que quieras, lo probamos. 

Qué pasada, ponerme tus zapatos.









No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios.

Popular