7 de octubre de 2021

El bloguero autocomplaciente


--Madre mía, ¿pero usted no se cansa de escribir chorradas crípticas autocomplacientes?
--Pues mire usted, no. Eso que me ahorro en ir al psiquiatra.

Así comienza la película. Después hay un fundido en negro bastante forzado para mi gusto, y digo gusto porque no en vano no soy crítico, sino que pertenezco al nutrido grupo de los "oye pues vale, chupinguay pa ti" pero aún así pienso, luego existo, y lo cierto es que ese diálogo (por decir algo) que precede a los títulos de crédito iniciales es demasiado escueto, en el sentido que deja al espectador con la palabra en la boca. Y digo boca porque el espectador posee su propio diálogo interior, que viene a ser como los subtítulos en otro idioma pero con una narrativa paralela a la que la película pretende imponer. 

De este modo, los fundidos en negro son, a menudo, un insulto para el espectador vidente cuando lo que deberían ser es una oportunidad para completar su propio argumento paralelo, ese que le tiene mucho más atrapado en su asiento que la propuesta en cartel. 

Los críticos me la suelen traer al pairo en cuanto a que hacen ver que ese proceso paralelo no existe en el espectador que son ellos mismos y eso devenga en una pobreza narrativa que aburre. Son aburridos, la verdad. ¿Por qué no aderezan sus críticas negativas con un "dios santo pensé en mi suegra durante toda la peli, casi me muero?" Porque eso es lo que nos ocurre a la gente normal, ¿saben ustedes? Y no vamos por ahí poniendo verde al director. Nos jodemos y punto. Y eso que pagamos entrada, no como otros.

Si lo piensa uno bien, las cifras de visionado de una película deberían ser mucho más que eso. Deberían hacer reflexionar acerca del número de versiones paralelas a la versión original que existen y circulan por ahí, en la misteriosa cabecita de toda esa gente. Si esa gente decide trabajar esa información o transformarla de algún modo, desde luego es una incógnita. Lo que no me parece ni medio bien es que la tarea del espectador comience y termine cuando paga su entrada. 

Dejadles hablar, coño. Menuda mierda de industria endogámica estáis creando. Espectador pasivo lo será tu puta madre. Queremos cine forums con gente molona invitada, para poder charlar cara a cara y compartir. Queremos que nos dejen destrozar con la tijera y volver a montar el puto rollo ese sacrosanto de la primera peli de Fellini de los cojones que guarda el guripa canchas ese de la tele, con un celo que ni el Vaticano, joder. 

¿O acaso Fellini no era un experimentador vicioso del corta-pega y además un toca-cojones autocomplaciente? Amos, anda y que os den. 



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