En esta parte del mundo algunos nos llevamos bien con el concepto diversidad, pero quizás lo ubicamos sin querer en un "aquí y ahora", en ese continente amorfo que podríamos llamar "modernidad sí, pero mi modernidad, no la tuya". Es decir, lo que sucede aquí y ahora y el debate que se devenga.
No me intérpretes mal, es una consecuencia lógica de vincular algunas de nuestras actividades al calendario. El calendario sí es infalible. Hoy es hoy y no es ayer ni el año pasado. Y hoy se va a hablar de esta cosa y no de otra; y además, yo estoy participando de ello de un modo u otro, así que no me molestes ahora, ¿queda claro?
Esto ya ocurría antes de la era digital. Pero no voy a caer en la trampa que intento tender a otros ahondando en este discurso. Esto ya ocurría antes de.... Muy bien, maticemos. Ocurría... ¿dónde? ¿cuándo? ¿quién o quiénes? Y ya está otro documental preparándose en la cocina. Título: ESTO YA OCURRÍA ANTES. Oh, ¿de modo que esto ya ocurría antes? Explíqueme. Y a continuación un montón de pequeñas entrevistas con personas que nadie sabe de quién son o cómo han llegado hasta ahí pero que se explican de maravilla.
Conozco personas que salen a la calle y se apostan en una esquina esperando a que alguien les pregunte algo. Les encanta explicarse. ¿Tiene usted hora? Por supuesto, y no solamente hora, tengo de todo, verá usted, soy el señor de la conversación agradable, ¿qué más desea saber?
Otros, más discretos sin duda, acuden a su establecimiento de café y tertulia habitual y procuran "hacer o hacerse a la parroquia". porque de este modo no tienen que molestarse buscando conversación por ahí. ¡Buenos días a todos! ¡Esto ya ocurría antes! ¡Ni mejor ni peor, diferente! ¡Saca el dominó, Manolo! Y así se pasa la tarde la mar de bien. También es bonito.
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