Bridget y su negro

Bridget lleva un diario y también tiene unos kilillos de más. Bridget anota meticulosamente en su diario cuántos kilos y gramos pesa hoy y por qué. Bridget busca trabajo y anota rápidamente en su diario, casi más por conciencia cristiano-filial de la sinceridad que por devoción hacia el contenido. 

"Ah, por cierto, querido diario, estoy buscando trabajo". 

Bridget nunca se enamoraría de su jefe pero no va a escribir eso en su diario, más por un sentido de autocrítica un tanto pop que por falta de ganas de explayarse en el tema. Le han contado cada cosa.... Si yo te contara...

Bridget prefiere fantasear a escribir acerca de su futuro trabajo. Ella cree que quizás podría plantear una excepción a la norma "nunca te enamores de tu jefe" si su jefe fuese un apuesto hombre negro, siempre y cuando no tuviese como hobbie jugar a baloncesto. Ese sería un cliché tan insoportable... Si yo te contara...

Es obvio que si te enamoras de tu jefe no puedes contárselo a tus padres. Ese es un tabú social muy aceptable y, desde luego, si tu jefe es un apuesto hombre negro resulta un tabú verdaderamente conveniente. Lo cierto es que no hay que explayarse mucho más en el asunto. Todo el mundo puede entenderlo. 

Si me enamorarse de un apuesto hombre negro que no fuera mi jefe tampoco se lo diría a nadie. Pero eso es porque seguramente ese hombre jugaría a baloncesto y madre mía, no puedo imaginar ningún cliché en el mundo más manido que ese.

Si yo me explayase en este tema...