Fabor de dejar aún lado sus insomnias de exóticos parajes nunca antes visitados al escoger sus guiones de cine y sobre todas las cosas, fabor de no matar a nadie ni dejar entrever cosa semejante entre lineas previo acuerdo pecuario, pues es bien sabido que quien mata por escrito pronto será proscrito.
Dicho sea de paso la sola idea de adoptar otra tradición yanqui de mierda más, como la de dar de comer a un pobre pobre en mi casa me repugna tanto como el rollo azucarado del puñetero San Valentín de los cojones, el cual, dicho sea de paso, era un santo julandrón, vale? Se tiraba a sus primos eso lo sabe cualquiera en su pueblo, que por cierto era de un pueblo y no nació en un libro de atril ni nada y eso le convierte en un sujeto sospechoso de haber sido violador de cabras, además, si no de qué iba a ser santo, vale?
No me vendas acción de gracias en catalán. Si quieres que te odie, sácame primero de mí indiferencia hacia ti y tu rollo.
Si puedes, claro.
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