7 de abril de 2021

Foto de Perfil

Ayer pensaba yo (no sin cierta sorpresa, oh, cerebro)... y aunque lo cierto es que doy fe que fue así porque yo estaba allí, no alcanzó a recordar el hilo de mis pensamientos en toda su insondable complejidad.

Y, sin embargo, ayer pensaba yo.
La foto de perfil, ¿tipo Facebook o tipo Twitter? ¿Rectangular o redondita? ¿Formato celular o formato mirilla? Pero, sobretodo, ¿a qué trascendencia debemos que mi cerebro piense de repente y sin avisar?

Bien, es una cuestión de "psique apellatio" en absoluto baladí y me propongo argumentarlo en las líneas subsiguientes (Dios quiera que sean pocas y breves, amén). 

Cuando uno contempla una foto de perfil circunvalada se produce lo que en psicología apañada denominamos "efecto mirilla" el cual, lejos de ser bueno o malo en sí mismo, resulta sin embargo determinante para el tipo de interacción que se pretende conseguir, versus la que se consigue en realidad. 

Yo, personalmente, si me llaman a la puerta y no sé quién es, previa "mirilla meticulus observatio" lo que hago es no abrir y, eso sí, disculparme por no hacerlo con una mentira piadosamente descabellada, del tipo "ahora no puedo atenderle porque tengo una teta chorreando leche". 

Eso exactamente es lo que ocurre en las redes tipo mirilla (i.e.Twitter), pero explicar un efecto mirilla en terminología informática me cansa tremendamente. 

En cambio, sí voy a exponer de un modo "coloquiae ab ortodox" lo que ocurre en las redes que enmarcan rectangularmente la fotografía de perfil, evocando acaso el formato propio de una fotografía digital "mobile perpetratio", modo selfie incluido, lo cual (y esto es importante decirlo) no recuerda a mirilla alguna aunque, desde luego, ubica al usuario en un contexto digital y no de puerta fría, lo cual tiene su aquél de entrada, aunque yo qué sé de salida porque como es gratis, pues ni idea. 

El quid de la cuestión no es otro que el que es. Si bien un logotipo con una o dos letras sans serif y sobre un fondo de color queda de puta madre enmarcado en una redondita y en cambio en un rectángulo parece hecho ex-profeso para limpiarse el culo con él (pues tal es el formato del papel) ocurre exactamente lo contrario con la fotografía de una persona humana (pongamos por caso un famosete verificado, tipo influencer o tal pascual,  patatín o patatán). Si no, comprueben ustedes mismos cómo el rostro humano más bello, encerrado en un círculo, nos recuerda a todos a nuestra abuela y en cambio, en formato celular, nos invita al intercambio mitocondrial. 

De ahí la proliferación masiva de las fotos de perfil rectangulares con animales en lugar de personas en las redes tipo Facebook. 

Más claro, el agua. ¿O no? 
Pues ayer pensaba yo, mira tú por dónde. 



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